En el momento de hablar de la reducción de costes en una empresa, cabe distinguir entre dos conceptos similares en su semántica, pero de naturaleza totalmente distinta.
Por un lado, se habla de "reducción de los costes en los procesos", y por otro, de "gestión de costes en los procesos". Muchas veces se confunden ambos términos cuando, en realidad, significan cosas distintas.
Por un lado, como la palabra lo dice, la "reducción de costes" sólo implica restar recursos para "gastar" menos. En cambio, cuando hacemos referencia a la "gestión de costes", hablamos de supervisar cada uno de los procesos partícipes en la creación de valor dentro de la empresa, al tiempo que intentar, de manera equilibrada, mantener la calidad productiva, reduciendo los costes asociados.
Por un lado, se habla de "reducción de los costes en los procesos", y por otro, de "gestión de costes en los procesos". Muchas veces se confunden ambos términos cuando, en realidad, significan cosas distintas.
Por un lado, como la palabra lo dice, la "reducción de costes" sólo implica restar recursos para "gastar" menos. En cambio, cuando hacemos referencia a la "gestión de costes", hablamos de supervisar cada uno de los procesos partícipes en la creación de valor dentro de la empresa, al tiempo que intentar, de manera equilibrada, mantener la calidad productiva, reduciendo los costes asociados.
Esta sutil diferencia puede significar el éxito o el fracaso en la política interna de costes de una empresa. Muchas veces, sólo se plantea una reducción nominal de los insumos totales, sin poner atención en las consecuencias sobre el producto final. Este tipo de prácticas suelen ser erróneas y conducir sólo a resultados negativos en el largo plazo. En cambio, atender a una correcta gestión de los procesos, determinando los puntos fuertes y débiles del mismo, suministra información valiosa para los encargados de realizar modificaciones a los mismos, sin sufrir consecuencias negativas en los resultados.
Y el problema recae cuando la mayor parte de los costes de procesos son personas (por ej. hospitales, residencias geriátricas, escuelas....).
ResponderEliminarSi se aplica la reducción de costes en los recursos humanos, a corto plazo se gastará menos pero a largo plazo provocará más gasto y/o menos ganancias (desmotivación, baja productividad, absentismo...).
En cambio si se gestionan los costes se puede conseguir más motivación, en definitiva más producción y menos absentismo laboral; puede que se gaste muy poco menos pero se puede ganar mucho más
La decisión está en si, la empresa que quiere reducir costes, quiere llegar a ser una empresa competitiva ofreciendo productos y/o servicios de calidad; o quiere competir ofreciendo productos y/o servicios muy baratos y carentes de calidad.
ResponderEliminarSi decide tener como objetivo el primer punto, entonces tendrá que conseguir que su personal esté muy cualificado y sea más productivo. Tendrá que invertir en I+D+I. Invertir en RRHH e investigación será el motor de su empresa en el futuro, aunque no consiga reducir costes en el presente.
Con la crisis generalizada de hoy en día, las empresas y entes públicos se inclinan claramente por la "reducción de los costes en los procesos", que es la manera más rápida de restar recursos para gastar menos. Pero creo que ésto es como hacer parar una rueda (si la paras cuesta mucho hacerla volver a rodar), en cambio, si se utilizáse la "gestión de costes en los procesos", se iría al "grano" en los temas que más se gastan y sería mucho más eficiente.
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